jueves, 15 de marzo de 2007

Cuando los Papas queman

Ayer estaba viendo en la tele que el Papa Maledicto, digo, Benedicto XVI, hizo algunas declaraciones, entre ellas volver a la misa en latín y aconsejar a los sacerdotes que nieguen la comunión a los divorciados y vueltos a casar.

Tratando de ser lo menos subjetivo posible, y dejando de lado el asco que me provoca este tipo, me pregunto... ¿Puede ser que en pleno siglo XXI, con tanta violencia y maldad imperando en el mundo, este zopenco, este mamarracho, este viejo decrépito (no sólo de cuerpo, sino de alma) tenga el descaro de condenar a alguien por el simple hecho de haberse divorciado? Ah, claro, lo que pasa es que "Lo que Dios ha unido, que el hombre no lo separe".

Cierto. Es preferible vivir un matrimonio infeliz y desgraciado antes que enfrentar la situación y separarse. O, Dios no lo permita, ¡no vaya a ser que una pareja que no está casada por iglesia (sí, con minúscula) tenga relaciones sexuales! ¡Horror de horrores! Me hace acordar a aquella idiota que se ufanaba de haberse casado virgen, como si eso la hiciera mejor persona.

Yo creo que este hombre (sí, es un hombre, ¿se acuerdan?) debería dedicarse menos a opinar cómo y cuándo hay que coger, y más a alzar la voz en favor de los oprimidos del mundo, ya sean cristianos, musulmanes, judíos, ateos, o "misceláneos". Pero, obviamente, eso sería como creer en los Reyes Magos.

Respecto a lo de la misa en latín: A fructibus cognoscitur arbor 1.

Como reflexión final, una frase: si Jesucristo viniera hoy al mundo, los encargados de crucificarlo serían el Papa y sus secuaces cardenales... apoyados por una gran cantidad de fieles, claro.

Dios actúa en formas misteriosas... y me parece que si la cosa sigue así, me hago excomulgar. Hace largo rato que no me siento ni católico, ni apostólico, ni romano.

Dixit.

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1 Al árbol se le conoce por sus frutos.

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