miércoles, 28 de marzo de 2007

La insatisfecha

Está entre los 35 y los 40. Suele arreglarse bien, pero hiede a mezcla de perfume con diversas capas de maquillaje y como sea que se llamen las cosas que se pone para aparentar menos edad de la que tiene (vaya uno a saber de dónde sacó que tener 30ypico es un defecto a ocultar). Adora la música romántica del momento, especialmente Sabina, Arjona y Sanz, al que llama cariñosamente "Ale", como si lo conociera de toda la vida.

Generalmente la insatisfecha viene de una o varias experiencias de pareja frustradas, que la han convencido de que los hombres somos cerdos que sólo pensamos en sexo. Salvo ese hombre especial que cree llegará de un momento a otro. Pero mientras lo espera se queja con sus amigas más íntimas de que "ya no quedan hombres". Claro: la definición de "hombre" para ella es "un ser humano de sexo masculino, con excelente físico, intelecto superior, cariñoso pero no blando, firme pero no violento, con buen pasar económico y, de ser posible, huérfano de madre". La insatisfecha tiende a ver a aquellos hombres que no encajan en esta definición como meros obstáculos en su búsqueda del Vellocino de oro humano.

La insatisfecha tiende a ser amargada, resentida y (generalmente) envidiosa. Pero, según su propia visión, es buena persona, perdona pero no olvida y tiene "envidia sana" (aunque la envidia nunca sea sana). Por ejemplo, cuando ascienden a un compañero de trabajo, la insatisfecha piensa que ella es más merecedora del ascenso, al tiempo que felicita calurosamente a su compañero de trabajo. O si alguien hace un comentario de tono humorístico, la insatisfecha frunce la cara, mira con desprecio y sigue con lo que estaba haciendo, como si el comentario no fuera digno de palabra alguna. Eso sí: si el que hizo el comentario es un hombre de su interés, la insatisfecha se desvivirá (hasta rozar el ridículo) por demostrarle que la broma le causó mucha gracia (aunque en realidad sea una pelotudez).

Generalmente es fácil detectar a la insatisfecha en los shows de strippers, porque es la que se pone en primera fila con desesperación, para no perderse detalle. Y es la que grita más fuerte, como descargando años de frustración sexual (ya sea por falta o por mala calidad).

También se la puede detectar por la forma en que habla de temas "serios": arquea ligeramente las cejas, poniendo cara de tener la verdad absoluta y mirando ligeramente de costado, al tiempo que frunce la boca como si estuviera constipada. Y ni se te ocurra insinuar que no estás de acuerdo con lo que dice, porque te fulmina con la mirada. Y si está en el medio de una charla con otra gente y alguien comienza a tratar un tema poco usual (ciencia, religión, tecnología, etc), la insatisfecha pondrá cara de... insatisfecha, haciendo sentir a su interlocutor que es un nerd desubicado e indigno de contacto humano.

También suele ser quejosa. Muy quejosa. Si es verano, siempre hace calor (aunque el aire acondicionado esté a 5º). Si es invierno, siempre hace frío. Ah, y el olor a encierro. Vive quejándose del olor a encierro. Se ve que su propio olor es tan fuerte que no puede dejar de sentirlo.

Cuando la insatisfecha encuentra un posible candidato, se apega a él como si su vida dependiera de ello. Y alardea con las amigas, contándoles lo maravilloso que es él. Pero obviamente, como el candidato nunca es exactamente lo que esperaba, a la primera de cambio ella le hace notar lo insensible que es y lo desconsideradamente mal que la trata (regando sus palabras con litros de lágrimas), lo que puede derivar en dos situaciones:

  1. Si el tipo tiene carácter, termina cansándose y dejándola (y dándole nuevo material para defenestrar al género masculino).
  2. Si el tipo no tiene carácter, se siente culpable y se queda con ella (cagándose la existencia sin saberlo, claro).
Como casi todas sus amigas están casadas o en pareja, la insatisfecha suele rodearse de nuevas amigas más jóvenes que ella, y se prende en cuanta joda se arme. Claro, después empieza a quejarse: el lugar queda lejos, se hace tarde, el ambiente no le gusta, etc etc, haciendo que el resto del grupo termine no invitándola a salir más. Pero el ego de la insatisfecha le hará decir que sus nuevas amigas dejaron de invitarla por miedo a que les haga sombra.

Lo que la insatisfecha no sabe es que en realidad está harta de ella misma, harta de ser como es y harta de no saber cómo dejar de ser como es. Se muere por tener un romance adolescente, pero es demasiado orgullosa para admitirlo. Se armó una cáscara tan gruesa, que no puede ver el mundo con ojos limpios: siempre ve dobles intenciones donde no las hay.

Cualquier semejanza con la realidad, es pura realidad, nomás.

martes, 27 de marzo de 2007

A mí la lluvia...

Martes. Llueve. Llueve mucho. Y de repente me asalta la duda: ¿qué pasaría si no deja de llover nunca más? No quiero decir que llueva todo el tiempo, sino que llueva todos los días, en algún momento.

¿Se imaginan? Miren algunas de las cosas que pasarían:

  • Dejaríamos de preocuparnos por estar blancos en verano, ya que no podríamos tomar sol (en cualquier momento se larga).
  • Los fabricantes de ropa lanzarían modelos exclusivos anti-lluvia (igual que el que usaban nuestros bisabuelos, pero fashion).
  • Los lavaderos de autos dejarían de ofrecer seguro contra lluvia (saldrían perdiendo siempre).
  • No se podría usar más al clima como excusa (siempre llovería).
  • La industria automotriz se vendría a pique y la industria naval subiría, lanzando al mercado vehículos acuáticos de bajo costo.
  • Las ventas de lavasecarropas automáticos aumentarían cuantiosamente, dado que no se podría secar la ropa al aire libre (si llueve, y siempre va a llover, se moja toda).
  • Los nenes de jardín no entenderían nada cuando las maestras les pidan que dibujen el cielo y el sol grandote.
  • Se produciría un boom discográfico por la venta de discos con remakes y covers de "I'm singing in the rain".
  • Discovery Channel, NatGeo y similares nos bombardearían permanentemente con documentales acerca del cambio climático.
  • Placa roja de Crónica TV: "REITERAMOS: CONTINÚA LLOVIENDO"
  • Aumentaría la tasa de muertes por suicidio (la lluvia deprime).
  • Aumentaría la tasa de gente en pareja (la lluvia es romántica).
  • Aumentaría la tasa de resfríos (te cagás mojando en plena calle y te enfriás).
  • Los ateos dirían que, en efecto, Dios no existe, porque si existiera no permitiría que pasen estas cosas.
  • Los creyentes dirían que, en efecto, Dios existe y manda la lluvia permanente como castigo por nuestras malas acciones.
  • Se desarrollarían nuevas especies de peces anfibios.
  • Los mamíferos desatrofiaríamos nuestras branquias para poder sobrevivir bajo el agua, aunque sea durante un rato.
  • Al cabo de unos miles de años, aparecería sobre la tierra el Homo Cetaceus, mamífero mitad hombre y mitad delfín.
Empezó coherente y terminó en delirio biológico. Pero me salió así, y así queda. Al menos hasta nuevo aviso. O hasta que pare de llover. Nunca se sabe.

Marketing cero

Ayer fui a Pascal. Quería averiguar precios de monitores LCD e impresoras multifunción.

Entré al elegante local, decorado como si de un supermercado se tratara (supongo que para dar la sensación de autoservicio, como que uno puede elegir lo que va a llevar). Al rato apareció un... llamémoslo "vendedor". Apareció este vendedor. Y mantuvimos un ¿diálogo? como el que sigue:

Yo: Hola, quería averiguar precios de monitores LCD y de impresoras multifunción. Vi en una revista que tienen monitores ViewSonic de 17" wide...
Vendedor: ... (sacude la cabeza de lado a lado)
Yo: ¿No te quedaron más, o no traen?
Vendedor: No (sacude la cabeza de lado a lado)... ahora solamente tengo los LG...
Yo: ¿Y tienen que recibir de los otros?
Vendedor: No sé... (sacude la cabeza de lado a lado)
Yo: Bueno, eso está. Ahora quería ver el tema de los multifunción...
Vendedor: Tenés los Epson y los HP.
Yo: Sí, ya sé; lo que quería saber es cuál me convendría comprar, porque le voy a dar un uso hogareño, ni fotos ni nada de eso...
Vendedor: Y... cada marca tiene sus pro y sus contras...
Yo: (¡ya lo sé, pedazo de idiota!) ¿Y cuáles serían?

Después de esto, el ¿diálogo? se prolongó durante unos minutos más, luego de los cuales me di cuenta de que estaba haciendo papel de idiota, tratando de sacarle información a un tipo que evidentemente no tenía ganas de vender ni un alfiler.

Ahora, yo me pregunto ¿por qué hay vendedores que te atienden como si te estuvieran haciendo un favor, o como si vos les estuvieras mendigando que te regalen algo? Yo sé que las condiciones de trabajo son duras, que uno no siempre está de buen ánimo y que el humor varía, pero de ahí a ser atendido por un autómata (no sé si finito, si determinístico, o qué), hay una gran distancia.

Lo noto especialmente en los vendedores de hardware, que te miran como si ellos fueran dioses del conocimiento tecnológico y vos un simple ser humano pidiéndoles que, en su magnificencia, se dignen a asesorarte. No se dan cuenta de que poniéndose en esa postura solamente consiguen que uno los deteste y no tenga ganas de volver a tratar con ellos nunca más.

Yo, por mi parte, ya sé que a ese lugar (Pascal) no vuelvo a pisar en mi vida, ni para comprar un CD virgen. Y la próxima vez que me atiendan de esa forma en cualquier otro lado, voy a tratar de juntar fuerzas y simplemente decir "Mirá, voy a volver en otro momento, cuando tengas ganas de venderme algo. Gracias por nada.". Y después voy a salir muy tranquilo, como si nada. A fuerza de costumbre se va a volver más fácil.

Pascal, computadoras... tirurururí... ¡Pascal!

domingo, 25 de marzo de 2007

A kind of magic

El viernes vi "El ilusionista" y ayer "El gran truco" ("The prestige", en el original en inglés). Si bien ambas películas están basadas en la magia o, mejor dicho, tienen como protagonistas a magos, difieren bastante en cuanto al género.

"El ilusionista" es un drama romántico, con actuaciones que me parecieron muy buenas. Edward Norton cumple con su papel de enigmático y sufrido, y Rufus Sewell con el de... hijo de puta, qué más puedo decir. Le salen muy bien ese tipo de papeles. Y, por último, mi amigo Paul Giamatti, haciendo un papel de conflictuado que también le sienta muy bien. En fin, altamente recomendable.

"El gran truco", por otro lado, es una película bastante más dramática. Todavía no me terminó de hacer click como para decir que me gustó mucho, pero está buena. Lo único que les recomiendo es que no pierdan detalle de la película, porque cada segundo cuenta (sí, cada segundo).

La que me queda por ver es "Los niños del hombre", que creo que todavía no salió en DVD. Cuando la vea, les cuento.

Hasta la próxima película.

sábado, 24 de marzo de 2007

Paranoma III

Sueña. Sueña que la conoce. Sueña que la encuentra. Sueña que la quiere. Sueña que la aprende. Sueña que se ilumina. Sueña que se entrega. Sueña que se desespera. Sueña que la escucha. Sueña que no es escuchado. Sueña que camina. Sueña que ella no se da cuenta. Sueña que es odiado por decir que no. Sueña que es perdonado por decir que sí. Sueña que empieza a no conocerla. Sueña que tiene miedo. Sueña que se engaña. Sueña que vive con ella. Sueña que la busca. Sueña que la espera. Sueña con momentos de alegría. Sueña con momentos. Sueña que a ella no le basta. Sueña que es devorado. Sueña que le habla. Sueña que ella no lo soporta. Sueña que se asfixia. Sueña con máscaras que caen. Sueña con rostros viejos en mentes viejas. Sueña con rostros jóvenes en mentes viejas. Sueña con una casa vacía de cosas y llena de lágrimas. Sueña que siente culpa de su propia libertad. Y escucha el trueno.

Y descubre que está soñando. Y abre los ojos. Y ve.

No era un sueño.

Era una pesadilla.

miércoles, 21 de marzo de 2007

Las horas

No me gusta tener un trabajo donde tengo que dejar registrado lo que hago cada hora.

Sí, ya sé que es necesario, que permite analizar la productividad, que permite reducir los tiempos muertos, que bla bla bla...

Pero mi creatividad no conoce de tiempos, ni de horas, ni de planillas.

martes, 20 de marzo de 2007

Vi la luz

Corría algún mes entre abril y noviembre de un año que probablemente sea 1992, pero puede que sea antes de julio de 1993. No viene al caso. Viajaba yo en un coche de la actual línea 144, que no recuerdo si por ese entonces todavía era la línea 6. Tampoco viene al caso.

Yo estaba haciendo mi carrera de Técnico y cursaba a la noche. En una ocasión volvía a mi casa en el susodicho colectivo con un compañero de estudio, que enseguida se bajó. A los pocos segundos sentí que alguien me miraba. Giré mi cabeza hacia la izquierda y vi que, en efecto, había alguien mirándome. Era una mujer. En ese momento hubiera dicho "una vieja", aunque calculo que habrá andado por los 30 y pico de años. Hoy diría que es "una chica". En fin, sigo con el relato.

Al ver que yo también la miraba, esta buena mujer se levantó de su asiento y se sentó al lado mío. Sí, se sentó al lado mío. Todavía atónito por esto, alcancé a mantener la conversación que cito (aproximadamente) a continuación:

Mujer: Hola :)
Yo: Hola... O_o
Mujer: Vengo a hablarte de alguien que te ama.
Yo: (¿a quién habré embarazado?) ¿De quién?
Mujer: Vengo a hablarte de Jesús.
Yo: (uf, zafé) Aaaah...
Mujer: Sí... yo te vi y sentí una voz adentro mío que me decía "Hablale de mí, porque no me conoce".
Yo: ...
Mujer: Vos tenés que abrirle tu corazón, porque-
Yo: (esta es la mía) Yo ya le abrí mi corazón, y creo que Él está adentro de mí-
Mujer: ¡ALELUYA! ¡ALELUYA!
Yo: (sintiendo que mi cara va cambiando de matiz) Sí... sí...
Mujer: ¡ALELUYA! ¡ALELUYA! ¡Ay, qué alegría!... Decime, ¿vos vas a la iglesia?
Yo: No, porque yo creo que Dios está en todos lad-
Mujer: Mirá, yo te invito a la iglesia que voy yo, que queda en (no me acuerdo adónde era, pero digamos que en la loma del culo).
Yo: Bueno, gracias...
Mujer: Y ahora me voy porque me tengo que bajar... Yo soy Alicia, ¿y vos?
Yo: Capitán Primate.
Mujer: ¡Bueno, un gusto, Capitán Primate! ¡Dios te bendiga! (me da un beso)
Yo: Chau, suerte...

En esa época yo usaba un estilo capilar que no podría definirse como "pelo largo", porque no me llegaba ni a los hombros, pero tampoco era corto. En una palabra podría definirlo como "un-día-dejé-de-ir-a-la-peluquería-y-el-pelo-me-siguió-creciendo-sin-forma". Eso, tal vez sumado a mi aspecto de post-adolescente pasado de vueltas, seguramente me hizo parecer evangelizable ante los ojos de esta buena mujer, que seguramente no esperaba encontrarse con un anarquista cristiano en estado larval (aunque en esa época yo no sabía que lo era) en un colectivo.

En otros posts, cuando tenga ganas, voy a ir disertando acerca de estos temas (religión, etc). Por ahora sólo me queda decir dos palabras: Alelú, Alelú...

viernes, 16 de marzo de 2007

¡Taxi!

Esta foto retrata la protesta de los dueños de taxis en relación a la adjudicación de 500 nuevas chapas en la ciudad de Rosario y a la diferencia respecto a las tarifas que quiere fijar la Municipalidad.

Parece ser que en el diario "La Capital" publicaron una nota que no los dejaba muy bien parados así que, haciendo gala de un espíritu democrático y pluralista pocas veces visto, decidieron ir hasta la puerta del diario y quemar cubiertas. Yo estaba ahí y vi lo que pasó. Lo último que recuerdo es una voz de mujer gritándoles improperios desde la humareda negra (aparentemente el humo de las cubiertas la estaba asfixiando en su propia casa) y ellos respondiéndole cosas como "¡Andá a laburáaa!" y "¡¡¡Shhhhh!!!". Tolerantes, los muchachos.

Y parece ser que yo estaba equivocado. Antes yo creía que "trabajador" es toda persona que trabaja, ya sea ejerciendo un oficio o una profesión. Pero no. Parece que "trabajador" es toda persona que NO trabaja en una oficina, ni estudió, ni nada de eso. Los demás, según parece, somos potentados, oligarcas, "gorilas" a los que nos sobra el dinero.

Menos mal que estas situaciones le aclaran a uno las ideas, que si no, no sé adónde iríamos a parar...

De horroris

Vean bien esta foto. Mírenla bien. Pueden hacer click para ampliarla y después volver acá. Pero préstenle atención. Grábensela en la memoria. Porque no pasó en Marte. Pasó acá, en La Tierra. En África. Acá nomás. Tómense el tiempo para mirarla bien.

En este blog encuentro la explicación a esta foto:

"En Sudán, un buitre espera a que una niña desnutrida se muera para comérsela. Del otro lado del objetivo, un fotógrafo, Kevin Carter, espera durante horas a que la niña también muera para hacer la fotografía. Ganó el premio Pulitzer 1994. Se suicidó a los pocos meses. De la foto dijo que era la mejor que había hecho en su vida pero que la odiaba, que no podía ni verla. No ayudó a la niña."
Más allá de las opiniones sobre la (falta de) ética del fotógrafo, no encuentro palabras para expresar lo que muestra esta foto. ¿Se dan cuenta de que estamos viendo a un ser humano? UN SER HUMANO. Es una persona como vos, como yo, y se está muriendo de hambre.

Repito, a ver si queda claro: LA FOTO MUESTRA A UN SER HUMANO MURIÉNDOSE DE HAMBRE. Esa nena no tuvo nada para comer. Seguramente no comía desde hacía días. Y en otras partes del mundo se gastan cientos, miles de dólares en una sola comida. Y esta nena se muere porque no tiene qué comer. No puede pedir una moneda en la calle. No hay quien la ayude.

¿Podemos ser TAN HIJOS DE PUTA los seres humanos? Tan, pero tan recalcadamente hijos de mil millones de putas, que permitimos que pase esto, mientras en el resto del mundo hay alimentos de sobra?

¿Qué vamos a esperar? ¿Que un buitre venga y se coma a nuestro propio hijo? Ah, claro, pero acá no hay buitres (me refiero a las aves; políticos tenemos para regalar). ¿O nos vamos a dar cuenta cuando nosotros no tengamos qué mierda llevarnos a la boca y empecemos a ver a nuestros vecinos como opción para la cena?

Puede que este post me haya salido más desarmado que lo habitual, pero no me importa.

Ah, y al que me diga que exagero o que soy muy negativo, que se vaya a la concha de su madre.

Dixit.

Pajeros automáticos

Hace un par de días fui a sacar plata al cajero automático de San Martín y Pellegrini y tuve una revelación mística: los cajeros automáticos son centros energéticos camuflados.

Sí, tal como lo leen. Yo sé que suena a delirio, pero cada vez estoy más convencido. De lo contrario no me explico cómo es que ciertos cajeros automáticos tengan siempre una cola kilométrica formada por gente tecnológicamente disminuida. Y esto no lo digo en sentido peyorativo, sino porque parece ser que la gente que no sabe cómo usar un cajero es sistemáticamente atraída a una especie de centro magnético, cuya representación material es la mismísima máquina en cuestión. Y ojo, que no hablo de viejitos a los que les encajaron el cambio tecnológico les guste o no, sino de gente medianamente joven.

Uno los ve mirando la pantalla y tecleando despaciiiiiiito, como revisando 30 veces si la opción que eligieron es la correcta, no vaya a ser que presionen mal una tecla y vacíen todo el dinero acumulado en su cuenta. Y peor cuando van en manada. Generalmente son tres o cuatro vaguitos a los que uno ve entrando al cajero muertos de risa, ya sabiendo que van a demorar una eternidad. Y sí: se demoran, se demoran, se demoran... Y uno no sabe si están boludeando o si son consumados crackers que lograron convertir al cajero automático en una consola de videojuegos y se engancharon jugando al "Counter Strike". Pero la duda dura poco: estaban boludeando, porque salen con la plata en la mano, todavía muertos de risa e ignorando la mirada de odio que les dirige el resto de la cola.

Ah, y si no está la pareja que entra con su nene de 6 tiernos añitos de edad, que está aprendiendo los números en la escuela. Y claro, el nene reconoce los números y quiere apretarlos. Y negárselo sería poco pedagógigo por parte de los papis. Así que alzan upa al nene y lo dejan teclear. En una pantalla táctil. Con sus deditos pegoteados de caramelo, dulces y mocos. Y claro, hay que darle tiempo. Y los que estamos afuera, ¡chochos de la vida! Total, tenemos todo el día; por eso vamos al cajero automático. Si no, iríamos al banco a tratar con un cajero humano, claro.

Pero, volviendo al tema inicial, creo que hay cajeros automáticos con la extraña propiedad de atraer a gente tecnológicamente disminuida. Si no, no hubiera tenido que esperar 10 minutos para que 3 personas (que entraron juntas) saquen plata. Tampoco digo que tengan que batir mi record de 30 segundos de permanencia máxima en un cajero automático, pero todo en su justa medida.

En fin...

Motociclistas espeluznantes

Ayer fui a ver Ghost Rider ("El Vengador Fantasma", en castellano). Me pareció una película, ehm... me pareció una película.

Si bien la historia no me pareció demasiado mala, creo que se esforzaron demasiado por mostrar los atributos físicos de Eva Mendes y para el personaje de Johnny Blaze joven no fueron capaces de poner a un pibe que se pareciera un poco más a Nicolas Cage en lugar de un carilindo de nariz respingada.

Aviso: si no vieron la película y piensan verla, no sigan leyendo. Después no digan que no les avisé.

Pero al margen de eso, creo que la película deja un sabor a poco, y las partes que deberían ser más cruciales quedan resueltas rápido y mal. Si Mefistófeles le da un poder al protagonista, debería ser capaz de quitárselo, más allá de que el otro quiera o no. Y además, ¿de qué le sirvió al protagonista leer libros esotéricos durante años, si al final es la chica la que termina aplicándolos? ¿Y cómo es que la chica, así como si nada, acepta que de noche su amor de la juventud se convierte en un esqueleto infernal con la cabeza en llamas? ¿Y encima LO ACARICIA? Vamos, creo que no da ni para una telenovela venezolana...

En fin, una serie de incoherencias que me obligan a poner a esta película apenas por encima de DareDevil y de Hulk.

Una pena.

jueves, 15 de marzo de 2007

Outsider de la informática

Así me llamó una vez mi hermano (con orgullo) cuando vio el software "raro" que usaba yo. Y eso que todavía usaba Window$. A decir verdad, no era tan raro el software que usaba, a saber:

  • Para e-mail, The Bat! en lugar de Outlook.
  • Para navegar, Opera en lugar de Internet Explorer.
  • Para chatear en MSN, Miranda IM en lugar de MSN Messenger.
  • Para chatear en IRC, ViRC en lugar de mIRC.
  • Para desarrollar, Clarion en lugar de Visual Basic.
Desde hace unos años ya no uso más Window$, salvo muy esporádicamente y para ciertas herramientas que no tienen versión equivalente en Linux. Y todavía sigo viendo a colegas informáticos que consideran normales a las siguientes cosas:
  • Que el sistema operativo se "cuelgue" ante la falla de un programa en particular.
  • Reformatear y reinstalar cada cierto tiempo.
  • Correr antivirus.
  • Piratear software.
Por eso cuando alguien me viene con quejas del estilo "Instalé el Explorer nuevo y se me desconfiguró Windows", yo tengo la gran satisfacción de responder "Lamento no poder ayudarte, pero no uso Window$". Obviamente, me miran como si estuviera haciendo un chiste, diciéndome "Ah, claro, ¿¿¿y qué vas a usar si no usás Windows???". Entonces ahí empieza mi prédica evangelizadora acerca de las ventajas de usar Linux, etc etc etc. Generalmente la respuesta que obtengo es bastante desalentadora (para mí), siendo la más incoherente (escuchada de un colega) "Lo que pasa es que yo no sé Linux". ¿"Saber" Linux? Si no hay que "saberlo". Solamente hay que aprender un par de cosas, largarse a usarlo, ¡y listo! Pero claro, no podemos esperar demasiado de un profesional de la informática que sigue usando Explorer como navegador principal a pesar de saber que es una mierda y que, encima, se pone contento porque la versión 7 trae solapas, como si eso fuera novedad. Por si acaso les informo que las solapas vienen "de fábrica" en Opera desde el año... 98, creo, y en Firefox desde que nació.

Por otro lado tenemos a los fanáticos de Linux, que piensan que los que no usan Linux son idiotas. Pero no sólo se limitan a eso, sino que también piensan que los que usamos Linux como usuarios y no como kernel hackers también somos idiotas. Yo, por mi parte, solamente quiero que mi PC corra un sistema operativo medianamente decente, sin preocuparme por virus ni cuelgues ni porquerías varias. Pero no quiero tener que aprender a toquetear 20000 archivos de configuración en /etc/*. Prefiero que el sistema sea lo suficientemente inteligente y amigable como para autoconfigurarse y después, si quiero, permitirme toquetear. Pero si no quiero, que ande bien igual.

Otra historia es con la seguridad informática. Cuando en alguna reunión comento acerca de lo vulnerables que son las computadoras en cuanto a invasiones a la privacidad se refiere, me miran como si yo estuviera paranoico (bueno, un poco soy, lo admito), y me dicen "... pero si yo en mi PC a lo sumo guardo alguna foto de mis viajes, o algún documento de Word... ¿qué me importa, si no tengo nada que esconder?". Razonando análogamente, dejemos que la policía entre a nuestra casa sin orden de allanamiento. Total, ¿qué tenemos que esconder?. Pero claro, es como remar contra la corriente.

Yo, por ahora, sigo tranquilo con mi Linux, que no se cuelga y anda más que bien. Y puedo hacer todo lo que necesito sin problemas y sin temor a que me entren bichos indeseables. Ah, y además con la seguridad de que el código que estoy corriendo no se conecta a cada rato con Micro$oft para informarle lo que hago y dejo de hacer. Y eso no es poco.

[Nota: donde dije "Linux" quise decir "GNU/Linux"]
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Outsider: en inglés, "persona que está excluida de una comunidad" o "marginal".

Cuando los Papas queman

Ayer estaba viendo en la tele que el Papa Maledicto, digo, Benedicto XVI, hizo algunas declaraciones, entre ellas volver a la misa en latín y aconsejar a los sacerdotes que nieguen la comunión a los divorciados y vueltos a casar.

Tratando de ser lo menos subjetivo posible, y dejando de lado el asco que me provoca este tipo, me pregunto... ¿Puede ser que en pleno siglo XXI, con tanta violencia y maldad imperando en el mundo, este zopenco, este mamarracho, este viejo decrépito (no sólo de cuerpo, sino de alma) tenga el descaro de condenar a alguien por el simple hecho de haberse divorciado? Ah, claro, lo que pasa es que "Lo que Dios ha unido, que el hombre no lo separe".

Cierto. Es preferible vivir un matrimonio infeliz y desgraciado antes que enfrentar la situación y separarse. O, Dios no lo permita, ¡no vaya a ser que una pareja que no está casada por iglesia (sí, con minúscula) tenga relaciones sexuales! ¡Horror de horrores! Me hace acordar a aquella idiota que se ufanaba de haberse casado virgen, como si eso la hiciera mejor persona.

Yo creo que este hombre (sí, es un hombre, ¿se acuerdan?) debería dedicarse menos a opinar cómo y cuándo hay que coger, y más a alzar la voz en favor de los oprimidos del mundo, ya sean cristianos, musulmanes, judíos, ateos, o "misceláneos". Pero, obviamente, eso sería como creer en los Reyes Magos.

Respecto a lo de la misa en latín: A fructibus cognoscitur arbor 1.

Como reflexión final, una frase: si Jesucristo viniera hoy al mundo, los encargados de crucificarlo serían el Papa y sus secuaces cardenales... apoyados por una gran cantidad de fieles, claro.

Dios actúa en formas misteriosas... y me parece que si la cosa sigue así, me hago excomulgar. Hace largo rato que no me siento ni católico, ni apostólico, ni romano.

Dixit.

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1 Al árbol se le conoce por sus frutos.

miércoles, 14 de marzo de 2007

Work sucks

Ayer volví a ver "Enredos de oficina" ("Office space", en el original). Es increíble lo bien que captó el director, desde el punto de vista irónico y algo exagerado (solamente algo), las situaciones que ocurren en una empresa de sistemas. Y me retrotraje a aquella situación ocurrida en una de las tantas empresas por las que pasé...

Trabajábamos de lunes a viernes, y el sábado medio día. Obviamente, el sábado se usaba prácticamente para boludear pasar el tiempo. El viernes salíamos de joda, así que los sábados llegábamos entre las 10:30 y las 11:00. Un día nos anunciaron que habían estado consultando con expertos en eficiencia (sí, como en la película), y que llegaron a la conclusión de que era necesario hacer un corte de dos horas en la jornada laboral, así que forzosamente teníamos que evaporarnos de la oficina entre las 13:00 y las 15:00. Y agregaron que el beneficio que iba a traer esto iba a ser que no tendríamos que ir más los sábados.

Entre los más antiguos (y mal pensados) nos dimos cuenta de que existía una alta probabilidad de que apenas se atrasara algo nos pidieran que fuéramos a trabajar los sábados, así que acordamos decir que no, que teníamos otros compromisos/actividades y que no podríamos ir los días sábados.

Parece ser que la videncia funcionó muy bien, porque el viernes de esa misma semana nos llamaron a mí y a un programador "preguntándonos" si podíamos ir el sábado. El programador, más inexperimentado, cedió con relativamente poca presión (bah, dijo "Y bueno... sí, vengo."). Cuando me tocó el turno, respondí con un rotundo "No, no puedo, tengo un compromiso que no puedo cancelar.". El caradura de mi jefe (bah, un pelotudito inepto hijo del dueño, que se regodeaba en infundir miedo para tapar su falta de don de gentes) tuvo el descaro de decirme "Ah... ¿y es un compromiso muy importante?", a lo que respondí "Sí, sí, es muy importante", como si mi vida dependiera de ello. De hecho, era muy importante: dormir hasta que se me diera la gana y rascarme las bolas gónadas hasta cansarme.

Resultado: disfrutar de un fabuloso sábado, sabiendo que de tanto en tanto uno puede salirse con la suya a pesar de la maquinaria corporativa.

Salven a las ballenas

Hace un par de días volvía a casa, cuando una señorita de GreenPeace me dio un volante donde se invitaba a una sentada en protesta contra la pesca indiscriminada de ballenas.

Intención muy loable, por cierto, pero me pregunto... ¿Por qué esos mismos chicos que militan orgullosamente en GreenPeace no salen a hacer sentadas contra la pobreza, la injusticia y la corrupción? ¿Será que ese tipo de sentadas son para "zurdos", "negros" y "piqueteros"? ¿O será que hacer sentadas pro-ballenas es cool, mientras que hacer sentadas pro-gente es "una negrada"?

<delirio>
¿O será, tal vez, que detrás de GreenPeace hay un lobby de ballenas complotando para tomar el control del mundo?
</delirio>

Yo, por las dudas, ya tengo mi remera de "Liberen a Willy"...

De cinematis

Me pregunto por qué será que ciertas películas tienen la capacidad de limpiar las oscuridades de mi alma, al menos por unos minutos.

¿Será, tal vez, que despiertan sentimientos que creía apagados?

¿O será que me estoy poniendo más viejo y sensiblero? No sé.

Me pasa cada vez que veo "Forrest Gump".

jueves, 8 de marzo de 2007

Teatro-reality

Jueves, tarde. Llueve. La humedad se hace sentir en el ambiente. El único consuelo es pensar en el fin de semana que está próximo. De fondo se escucha un mix musical que por momentos pareciera llevarme al límite de la insanía. Pero todo se disipa pensando en el fin de semana que casi llega. Hasta que se empieza a escuchar el ritual diario...

Clac clac clac, suena el teclado de ella, acompañado por una risita tonta. "Boluda, ¡dejá de chatear y ponete a laburar!", suena una voz masculina. Y agrega "¡Estuviste pelotudeando todo el día!". Ella responde, con la voz alterada por la ofensa "No me digas eso, si hoy no pelotudeé, y tengo casi todo listo". Él replica "Pero boluda, si desde hoy que estás chateando con tu amiga, y después se me atrasa todo". Ella replica, con una voz-llanto digna de Cipe Lincovsky "Ay, no me digas así, sos re-injusto...". Después, silencio. Calma tensa, que podría cortarse con un cuchillo. Diez minutos después, ella estalla en una carcajada, al tiempo que profiere un "DICE MI AMIGA QUE LE MANDES LA FOTO DEL FIN DE SEMANA". Así habla, en mayúsculas. Parece que cuando se emociona, no distingue entre diferentes tonos de voz. Solamente sabe gritar. Y él le festeja. Siempre es así. Y ya me cansé. Saco la pistola que tengo guardada en mi bolso desvencijado (no por el uso, sino porque vino flojo de costuras de fábrica). Y apunto. Y me doy cuenta de que todas esas horas jugando al Duke Nukem no fueron en vano, porque acierto a la frente de cada uno al primer disparo. Después vuelvo a mi silla, tranquilo, sabiendo que le hice un bien a la humanidad. Los demás se acercan y me saludan calurosamente. Otros aplauden. Otros miran a la distancia.

De repente siento un sacudón, como si me hubiera caído de algún lado. Clac clac clac, suena el teclado de ella, acompañado por una risita tonta. Maldiciendo mi suerte, me doy cuenta de que otra vez volví a quedarme dormido en la oficina.

[Telón]

miércoles, 7 de marzo de 2007

Palabras (iii)

Hace dos días descubrí que la palabra "reticular" está relacionada con "red".

Guaaaau...