martes, 26 de diciembre de 2006

Al final...

... no era para tanto. A veces hay que frenarse dos segundos, pensar, y recién después hablar. Los demás no tienen la culpa de que uno esté medio loco.

Equilibrio, hijos míos... equilibrio.

lunes, 25 de diciembre de 2006

Recitales

Hace un rato estaban pasando un recital por la tele... y mostraban al público... y me pregunto: ¿por qué las mujeres lloran en los recitales?

Miran al cantante como si fuera un Adonis inalcanzable que las librará de sus penurias pero, como es inalcanzable, jamás las librará... O tal vez sea que se conmueven con las canciones... O también puede ser que lleven zapatos dos números más chicos, para que del dolor termine pareciendo que se conmueven... O acaso...

No sé; la cosa es que las mujeres lloran en los recitales y nadie entiende por qué. Punto.

Así y todo...

... y a pesar del post anterior, las Fiestas no dejan de ser una mierda.

viernes, 22 de diciembre de 2006

Cosas que detesto de las Fiestas

  1. La fiebre de los regalos.
  2. "¿Alcanzará para todos con esto?"
  3. "¡Nos quedamos cortos con las sillas!"
  4. Los que te saludan como si fueran tus mejores amigos y en realidad no sienten nada.
  5. Los que viven en una nube de pedos pero te mandan cadenas lacrimógenas hablando del espíritu navideño y boludeces similares.
  6. Las discusiones para ver cuál fiesta pasás con la familia de ella y cuál con la tuya.
  7. Los que no creen en nada y aún así festejan Navidad.
  8. Los que creen en algo pero no tienen ni puta idea de qué se festeja en Navidad.
  9. Los que festejan Año Nuevo pero el resto del año siguen a rajatabla el calendario de su propia religión.
  10. Los que comen como si fuera la última vez.
  11. Los que caen 1 hora antes de la cena para saludarte y terminan amargándote la noche al recordarte (con resentimiento) la suerte que tenés de tener a <insertar familiar cercano> vivo y ellos ya no.
  12. Los que se ponen en pedo al pedo.
  13. Los boludos que tiran petardos y terminan con quemaduras de tercer grado en todo el cuerpo porque no saben festejar sin ruido.
  14. Los boludos que tiran petardos.
  15. Los que les venden petardos a los boludos que tiran petardos.
  16. Los malparidos mal llevados que se deleitan en decirles a los chicos que Papá Noel, El Niño Dios y los Reyes Magos no existen, sólo porque otro malparido mal llevado les cagó la infancia a ellos de la misma forma.
  17. Los amargados "Ebenezer Scrooge" que prefieren quedarse solos en lugar de aceptar una invitación hecha con buena intención.
  18. Los que te dicen "¡Te deseo que disfrutes mucho!" sin tener ni puta idea de lo que están diciendo.
  19. Los que ponen la música a todo lo que da.
  20. Los que se pelean para ver qué música poner a todo lo que da.
  21. Los que esperan a que el equipo de música quede sin vigilancia para ir y poner la música que ellos quieren... a todo lo que da.
  22. Los que hacen ostentación con los regalos.
Entonces, se preguntarán, ¿por qué mierda festejo las Fiestas?

Buena pregunta: las festejo porque todavía tienen cosas que me gustan.
  1. El cagarme de risa preparando la mesa.
  2. La charla previa a la cena, comentando las Fiestas de años anteriores.
  3. El poder estar juntos a pesar de todo.
  4. El llamado de último momento a ese amigo que hace mil años que no veía pero que siempre está.
  5. El llamado sorpresa de esa persona que no esperaba que se acuerde de mí.
  6. La cena juntos, sabiendo que lo importante no es la comida sino cómo se come.
  7. El esperar las 12 de la noche mirando cómo festejan en otros lugares del mundo.
  8. La llegada de las 12 y ese abrazo sentido del que no me voy a olvidar nunca más.
  9. Ese regalito tan sencillo que me hicieron cuando las cosas estaban para la mierda y que para mí fue como si me regalaran un 0 km y que cada vez que me acuerdo me dan ganas de llorar.
  10. El saber que no viví un año más al pedo.
  11. El saber que con cuatro pizzas y dos kilos de helado estamos igual o más contentos que los que se desviven por preparar comida para deslumbrar a los demás y después terminan reventados.
  12. El saber que entre Navidad y el año que arranca, es un poco como nacer de nuevo.
En fin... ¡Felicidades para todos!

Pasión

Extracto de "La ética del hacker y el espíritu de la era de la información", de Pekka Himanen.

"Hay una gran diferencia entre estar privado de goce en forma permanente y encontrar una pasión en la vida para cuya realización uno también asume aquellas partes sin duda menos gozosas pero no por ello, menos necesarias."
Sencillamente genial...

jueves, 21 de diciembre de 2006

You are not your job

Cito parte del texto en "You Are Not Your Job":

The next time someone at your job comes up to you at 4:45 on a Friday afternoon and tells you they really need something done by Monday morning, say, "Why don't you fucking do it? You're the boss, you make more money than I do, and yet you can barely grasp the concept of sending an attachment with an email message!

You must have done something to get to where you are today. If you're not willing to give up your nights and weekends for the 'good of the company', why the fuck should I?

Goodnight, and have a nice weekend."
Traduzco, para los que no saben inglés:
La próxima vez que en tu trabajo venga alguien un viernes a las 16:45 y te diga que la empresa realmente necesita que tengas algo listo para el lunes a la mañana, decile "¿Por qué mierda no lo hacés vos? ¡Vos sos el jefe, ganás más plata que yo, y así y todo apenas entendés cómo mandar un e-mail con un adjunto!

Algo debés de haber hecho para llegar adonde estás ahora. Si vos no renunciás a tus noches y fines de semana "por el bien de la empresa", ¿por qué mierda lo voy a hacer yo?

Buenas tardes, y buen fin de semana."
Díganme si este tipo no es un genio...

miércoles, 20 de diciembre de 2006

10 cosas que el código NO hace en el mundo real (y sí en el cine)

(Robado y traducido de "What code DOESN'T do in real life (that it does in the movies)")

  1. El código no se mueve.
    En las películas y en la tele el código siempre viaja a través de la pantalla a velocidades increíbles; se presenta como un flujo indescifrable de letras y números que tienen perfecto sentido para el programador pero dejan perplejo al resto de la gente. Es comprensible que para las personas que no tienen la capacidad de un programador, esto pueda parecer increíblemente complejo, pero ¿realmente piensan que podemos leer toda esa mierda que no deja de moverse?
    Sería como tratar de leer seis diarios volando alrededor de un tornado. Claro que podemos ver una compilación de kernel, hacer tail a un archivo de log, o monitorear la salida de un programa; pero el mayor valor que sacamos de estas actividades es cuando la ejecución se detiene y realmente podemos volver atrás la pantalla para leer qué carajo pasó (salvo que la salida sea lo suficientemente lenta como para poder leerla a medida que ocurre).
  2. El código no es texto verde sobre fondo negro.
    Por supuesto que el código puede ser texto verde sobre fondo negro si uno quiere, pero la mayoría de los programadores usamos resaltado de sintaxis y los administradores de sistemas configuran su shell para usar colores ANSI.
  3. El código tiene estructura.
    De acuerdo a las películas, todos los programadores detestamos la barra espaciadora y la tecla "Enter". En el mundo real, el código tiene estructura; tiene saltos de línea, espacios, e indentación. Por supuesto que todos hemos escrito nuestra cuota de código ilegible alguna vez (NdT: si habré usado GWBASIC...), pero eso ya fue. Hoy en día la idea es ser lo más claro posible.
  4. El código no es tridimensional.
    ¿Se acuerdan en "Hackers" (NdT: ¡qué película mala!), cuando el "Gibson" aparece como una ciudad tridimensional a través de la cual navegan los hackers? ¡Un carajo!
    Podemos usar un poco de color en nuestro shell para hacer las cosas un poco más claras pero, la última vez que me fijé, mi terminal de aplicaciones no necesitaba OpenGL para correr. Estamos trabajando, no jugando "Quake".
  5. El código no hace ruiditos a medida que aparece en pantalla.
    Esto va para cualquier texto, no solamente código. Cuando aparece texto en el monitor, no hace ruiditos.
    Esta es una de las ofensas más comunes en las películas de Hollywood: en casi todas las películas con una escena donde el personaje está escribiendo un e-mail o navegando la red, el texto hace ruidito cuando aparece en pantalla. ¿Tienen idea de lo terriblemente irritante que sería eso en la vida diaria? Este único texto tendría unos 30000 ruiditos.
  6. El código no puede ser crackeado en cuestión de segundos por un pibito de 8 años.
    Perdón, pero no. Sencillamente NO.
  7. No todo el código fue hecho para ser crackeado.
    Hollywood adora presentar la idea de que la programación, la encriptación y el cálculo complejo en general son la misma cosa: un conjunto de datos secretos que deben ser rotos por un hacker realmente astuto. Esto, de alguna forma, es comprensible, dado que el término "código" en sí mismo es ambiguo. En el reino de la computación, "código" tiene típicamente dos definiciones:

    1. El arreglo simbólico de instrucciones que puede entender una computadora, como en "Ese código Java es una cagada".
    2. La transformación encubierta de un mensaje: "Los mensajeros de código navajo de la Segunda Guerra Mundial"

    Hollywood usualmente aplica el punto 2 a todas las actividades de computación que hace un programador. No hay ventanas para arrastrar, no hay paréntesis ni sentencias "IF", no hay escritorio. Todo en la computadora se convierte en un mensaje encriptado.
  8. El código no es solamente 0100110 010101 10100 011.
    Claro: cuando se baja a nivel binario, todo se convierte en una tira de ceros y unos, pero ¿quién trabaja así?. No conozco a nadie que codifique en binario.
    Hey, directores de Hollywood: los programadores usamos esa cosa interesante conocida como "alfabeto". Tiene letras que se ponen juntas para formar palabras. Incluso se pueden poner espacios entre las palabras (ver punto 3).
    También el chiste de que todo en una computadora son ceros y unos ya dejó de ser gracioso. Ese chiste está peleando la punta con el del usuario que usaba la bandeja del CD-ROM como posavasos; creo que escuché ese chiste como 1000 veces desde 1997. Que en última instancia todos los datos en una computadora se representen como ceros y unos, no significa que todo sea tan simple como un cero o un uno. Eso sería como decir que toda la humanidad es, en última instancia, un manojo de átomos de carbono (o de lo que carajo estemos hechos), y por lo tanto la próxima vez que alguien nos robe algo debamos decir "¡Uh, malditos átomos de carbono!"
  9. La gente que escribe código también usa el mouse.
    De acuerdo a Hollywood, la mayoría de los programadores todavía no descubrieron cómo usar el mouse. Claro que tipeamos rápido, pero el mouse es una herramienta muy útil (NdT: cuando se lo usa bien) y no hay razón por la que debamos abandonarlo. Y ya que estamos desmitificando estereotipos, también me gustaría decir que no todos los programadores somos pajeros vírgenes jugando "World of Warcraft". Algunos hacemos ejercicio y tenemos vida social. Algunos incluso tenemos sexo (NdT: con otras formas de vida, claro). ¡Carajo!
  10. La mayoría del código no es inherentemente multiplataforma.
    ¿Se acuerdan en "Día de la independencia" (NdT: no la vi entera; me provocó diarrea antes de llegar a la mitad) cuando el matemático escribe un virus que funciona en su laptop Apple y también en la nave madre extraterreste? ¡Un carajo!
    Si la vida real fuera así de simple, podría correr Linux en mi cámara digital sin problemas.

martes, 19 de diciembre de 2006

Palabras (ii)

Acabo de descubrir que la palabra "muela" está relacionada con "molino".

Guaaaau...

Paradoja

A veces la única forma de no ser uno más es ser uno más.

Y no, no lo voy a explicar...

¿Por qué? Porque no se me canta en las pelotas no lo considero necesario.

lunes, 18 de diciembre de 2006

De blogs y otras yerbas



Cuando pueda voy a ver si lo "traduzco" al argentino ;)

jueves, 14 de diciembre de 2006

Mente

Qué loco resulta estar con el cuerpo en un lugar y con la mente en otro...

Y después hay quienes dicen que no existe tal cosa como cuerpo físico, astral y mental...

miércoles, 13 de diciembre de 2006

De razas y otras yerbas

Situación 1: una persona de descendencia judía insulta a otra basándose en su color de piel.
Resultado 1: no pasa nada.

Situación 2: una persona insulta a otra por su condición de judía.
Resultado 2: se arma un gran escándalo y se tilda de antisemita a la primera persona.

Me pregunto, y seguramente esto va a traer cola... ¿Será que hay mucha gente hipócrita? ¿O el racismo está mal solamente cuando les conviene a algunos?

Una moneda

Ayer estaba almorzando y en menos de 10 minutos pasaron dos chiquitos vendiendo: uno vendía calcomanías de esas que vienen en plancha, y otro vendía "El ángel de lata", la revista que hacen los chicos de la calle.

Yo me pregunto ¿por qué será que uno está tan acostumbrado a mover la cabeza negativamente cuando pasa quien sea vendiendo algo? ¿Será que nos hemos autoprogramado tanto que cuando vemos que alguien se acerca a vender le decimos que no antes de saber qué vende?

Sí, ya sé: uno no puede comprarle a todo el mundo, pero no cuesta nada ayudar con 2 mangos a un chiquito que pasa vendiendo una revista o darle una monedita al que vende calcomanías. Me dicen "pero eso se lo dan a los padres, que se lo gastan en vino". Claro; es más que probable que sea así, pero si un billete de 2$ o una moneda de 1$ puede evitar que a un nene de 6 o 7 años lo caguen a palos, bien lo vale.

Pongámonos de acuerdo: si piden, chillamos porque piden; si venden, chillamos porque venden.

Al final ¿qué mierda queremos?

lunes, 11 de diciembre de 2006

Diferentes clases de molestos

¡Hola, inexistentes lectores!

El día de hoy abordaremos un interesante estudio, que versa sobre las diferentes clases de personas molestas. El estudio está basado en un trabajo de campo efectuado en una oficina. A continuación se detallan las diferentes clases de personas molestas que se encontraron:

  1. El sabelotodo: sea cual sea el tema a tratar, él siempre sabe más que el resto. No sólo eso, sino que hará lo imposible para que los demás sientan que son sólo aprendices de lo que sea.
  2. La gritona: aparentemente tiene una severa incapacidad para hablar a volumen normal, lo que provoca que siempre necesite gritar, aunque se encuentre a 10 centímetros de distancia del pabellón auditivo de su interlocutor. Esta actitud se repite cuando la conversación se efectúa en forma telefónica, lo que hace que toda la oficina se entere hasta de sus asuntos más íntimos. Se especula que el origen de este comportamiento sea un narcisismo incontrolable.
  3. El paseador de perros invisibles: este sujeto tiene la extraña capacidad de inventar motivos para ir de un escritorio a otro permanentemente. En el trayecto se llevará por delante media docena de cosas como si estuviera guiando una jauría de perros en celo, incluso atropellando a otros, lo cual con el tiempo contribuirá a alimentar el instinto asesino de sus compañeros de oficina.
  4. El conversador: sin importar lo ocupado que esté uno, el conversador se las ingeniará para elegir el peor momento y ponerse a hablar de lo que sea. Un ejemplo muy observado son esos momentos en que se necesita concentración total y de repente surge el conversador, como una voz del más allá, diciendo "Che, ¿será verdad que los viajes a la luna fueron fraguados?".
  5. El resentido: está allí porque no tiene algo mejor, y eso hace que todo le moleste. Si ponen música, está muy fuerte. Si no ponen música, parece un velorio. Si es invierno, la calefacción está baja. Si es verano, el aire acondicionado está muy fuerte. El mundo es responsable de su desgracia.
  6. La hipersensible olfativa: generalmente trabaja en otra oficina. Es la clase de molesta que cuando entra a la oficina pone cara de constipada y dice "Che, qué olor a encierro que hay acá...". Se ha observado que la típica reacción a este tipo de sujeto es decirle que el olor seguramente debe de emanar de sus partes pudendas, cuando no de mandarla directamente a la mierda.
  7. El opinador: tiene un sexto sentido, pero no para ver gente muerta, sino para detectar conversaciones, por más lejos que se desarrollen. Hable de lo que se hable, él se engancha. No porque se lo pidan, sino porque... vaya uno a saber por qué.
  8. El langa: es casado, tiene hijos, la mujer lo tiene recontra agarrado de los huevos, pero él es un ganador nato. Sus víctimas preferidas son post adolescentes tirando a huecas, entre los 20 y los 25, que caerán rendidas ante los encantos de este (para ellas) amante-padre. Obviamente no parará de jactarse ante sus compañeros de sus hazañas... hasta que llegue su mujer con los chicos y lo mande corriendo al auto.
  9. El funebrero: el mundo es negro. Todo es malo. Le encanta de hablar de cosas relacionadas con la muerte. Si hablamos de los cachorritos que tuvo nuestra perra, va a decir que la incidencia del moquillo es mayor en los perros de hasta 1 año. Es una clase de molesto que conviene evitar a toda costa. Si se combina con el paseador de perros invisibles y el conversador, es mejor ir buscando otro trabajo, a menos que se desee ser juzgado por repetidos intentos de homicidio.
  10. El desubicado laboral: apenas ve a sus subordinados libres, les da cosas para hacer. No le alcanza con que uno vaya a trabajar: también quiere que uno trabaje.
  11. El blogger: se dedica a escribir una entrada en su blog hablando de lo molestos que son sus compañeros de trabajo. Generalmente descubre su vocación de escritor y se hace millonario.

jueves, 7 de diciembre de 2006

M'hijo el dotor

A continuación reproduzco una situación que involucra a tres personajes distintos:

  • J: Jefe de Laboratorio Farmacéutico
  • V: Visitador médico
  • M: Médico (o medicastro, en este caso)
(En el Laboratorio)
J: V, este mes estuvimos bajos de ventas... Tenemos que subir... Ya sabés qué hacer.
V: Ok, de acuerdo.

(En el consultorio médico)
V: Dr. M... ¡Siempre un gusto volver a verlo!
M: ¿Qué hacés, querido?
V: Todo bien, acá en la lucha...
M: Decime, ¿qué puedo hacer por vos?
V: Bueno, mirá... Este mes anduvimos bajos de ventas del producto "P"...
M: Ajá...
V: Sí... Y bueno, estaríamos necesitando que por lo menos se le recete una caja de "P" a por lo menos 30 pacientes, viste...
M: Ajá...
V: Así que... bueno... yo sé que vos sos un profesional responsable y no vas a recetar cualquier cosa... Y que sabés la calidad de nuestros productos...
M: Por supuesto...
V: Y bueno, pensé que podrías ayudarnos en eso... El Laboratorio tendría una atención con vos, naturalmente. ¿Cómo podríamos compensarte?
M: Mirá... Ando con ganas de vacacionar en Punta del Este con la familia, este año...
V: Ajá... ¿Cuántos serían?
M: Mi esposa, los dos chicos y yo... con todo pago, claro.
V: Por supuesto. Listo, queda hecho. A medida que vayas recetando, pasame los datos de cada paciente, así el Laboratorio los contacta para confirmar.
M: De acuerdo.

Esta situación, que parecería el summum de la corrupción de los "profesionales" de la salud, lamentablemente no es más que la moneda común de hoy en día...

¿Lamentable? Sí
¿Repugnante? También
¿Inevitable? NO

Empecemos a abrir los ojos... Y empecemos a darnos cuenta de que tal vez uno solo no puede hacer mucho, pero si se suman los esfuerzos, se puede cambiar, y mucho...

lunes, 4 de diciembre de 2006

Jaulas

Un león enjaulado no es un león.
Un pájaro enjaulado no es un pájaro.
Un hombre enjaulado no es un hombre.
Un alma enjaulada no es un alma.

Para ser libre hay que abrir la jaula.
Para abrir la jaula hay que encontrar la llave.
Para encontrar la llave hay que buscarla.
Para buscar la llave hace falta el deseo de encontrarla.

Pero no es el deseo lo que nos mueve. El sólo deseo no sirve y, peor aún, pasa a formar parte de la jaula.

Es el deseo convertido en acción lo que nos hace buscar la llave.

Y entonces se encuentra la llave.
Y después se abre la jaula.
Y después se es libre.
Y después se tiene alma.

Rubber soul

Es increíble lo elásticas que son las palabras, que pueden llegar a estirarse tanto que lo que está al alcance de la mano aparenta estar a kilómetros de distancia. Y el miedo; siempre el miedo, siempre el puto miedo.

Qué difícil que resulta decir las cosas, a veces... La reconcha de la lora.