miércoles, 14 de mayo de 2008

Echale...

Corría el año 1988. Segundo año de la secundaria. Laboratorio de Física del glorioso Instituto Politécnico Superior. La profesora nos había asignado una experiencia que consistía en medir el tiempo que tardaba el agua en llegar a su punto en ebullición. Para esto usábamos un mechero, un tubo de ensayo largo, y un carísimo termómetro de laboratorio (era como los que se usan para tomar la fiebre, pero más grueso y largo).

Estábamos trabajando en equipo P, R, G y yo1. Calculo que a los 5 minutos yo ya tenía la mente en otro planeta, debido a mi problema de dispersión crónica. Con la cabeza descansando en mi mano, escuchaba muy de fondo las voces de mis amigos, que iban siguiendo el fascinante (?) proceso de ebullición del agua.

De repente vi un calor rojizo que se me venía encima, y apenas si alcancé a taparme la cara con las manos.

¿Qué pasó? Reproduzco el diálogo que me fue transmitido luego:

P: Che, el mechero se está quedando sin alcohol2.
G: Bueno, echale más.
P: Primero apagalo...
G: Pero no... echale así como está.
P: Pero se va a prender fuego...
G: Pero no, no seas cagón; dame, que le echo yo.

Acto seguido, G tomó la botella llena de alcohol de quemar, la arrimó al mechero y... ¿adivinen quién tenía razón? La botella (de plástico, por suerte) explotó entera, salpicando todo a su alrededor. Resultado:

  • P, al ver que las cosas encima de la mesa se prendían fuego, "barrió" la mesa con las manos tirando todo al suelo, incluyendo tubo de ensayo y termómetro. Ganando, de paso, quemaduras de primer grado en ambas manos.
  • R fue alcanzado por el alcohol prendido fuego, ganando así dos bonitos agujeros en su flamante pantalón de gimnasia Adidas.
A G, como es de esperarse, no le pasó nada.

Llegué a mi casa. Cuando me estaba lavando las manos, me miré en el espejo. Oh, sorpresa. ¿Qué descubrí? Los pelos de mi frente lucían chamuscados. Me reí. Miré de nuevo. Había más. Las puntas de mis pestañas también se habían chamuscado.

¿Por qué les conté esto? Porque yo sí puedo decir que alguna vez me quemé las pestañas estudiando.

¿Quién puede competir con eso?

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1 Se ocultan los nombres para proteger a los inocentes.
2 Era alcohol de quemar.

9 comentarios:

Araña Patagonica dijo...

Yo puedo competir..
Haciendo la misma boludez cuando tenia 12 o 13 años le prendimos fuego a la casa de la abuela de una amiga cuando quisimos apagar una llamita con una mezcla de alcohol, bencina, perfume y vayaunoasaber que otro liquido combustionante..
La vieja salió en camisón al patio gritando FUEGOOOOOOOOO FUEGOOOOOOOOOOOOOO y nosotras salimos cagando a la calle dejando a la abuela envuelta en llamas (?)
Quedamos sin pestañas, sin flequillo y con una penitencia que duró meses, pero salvamos a la abuelita..
Todo por jugar a "hacer experimentos"

Andrea dijo...

primero no entendí proque era de esperar que a G no le pase nada...

y segundo: no valee!!! no tengo nada que sea solamente mio!!! yo también tiendo a dispersarme muy seguido cuando alguien habla... yo pienso q tal vez es cuestión de ignorar las pavadas que dicen....

Jesi dijo...

Perdón, pregunta ... año 88???

seguro? :P

Capitán Primate dijo...

Araña con antifaz: pirómana desde pequeña... :D

Andrea: ¿qué decías? Me dispersé ;)

Fede y mamá Jesi: sí, '88... ¿por qué?

¡Gracias por pasar!

Rosarioso dijo...

Jajaja me hizo cagar de risa la anécdota y el remate es mortal.

Saludos

Capitán Primate dijo...

Rosarioso: cada vez que nos reunimos con mis amigos de la secundaria y nos acordamos de la anécdota, nos cagamos de risa como si hubiera sido ayer.

¡Gracias por pasar!

Maru dijo...

Clase de Física, mismo glorioso colegio, 7mo grado (creo, yo soy plan nuevo que ahora es viejo, visssste?!) un par de amigas eran las encargadas de controlas un mechero sobre el cual habían puesto un cono de cartulina negro (unos cms por arriba) con vaya a saber qué, la onda era que se formen cristales.
Yo estaba en otra mesa haciando alguna boludez. Las encargadas de cuidar el mechero jugaban al ahorado en el pizarrón. Alguien, que nadie dijo quién fue, pero todos sabíamos quién era, hizo que crezca la llama del mechero. Resultado: gritos por todos lados, la cartulina quemada, gente intentando apagar el fuego, cara de culpa de las encargadas.

Andrea dijo...

mmm me quisiste decir que yo digo pavadas?

Capitán Primate dijo...

Maru: entonces debe de ser que las clases de física del Poli están engualichadas :D

Andrea: en absoluto.

¡Gracias por pasar!