jueves, 1 de febrero de 2007

Semillitas

¿No les da asco cuando en un lugar cerrado se ponen a comer semillitas de girasol? La tremenda baranda que flota en el ambiente, sumada al (fétido) aliento de los consumidores, me provocan náuseas cuasi vomitivas. Y eso sin contar la repugnante montañita que se va formando en base a acumular las (escupitajeadas) cáscaras de las susodichas semillitas...

Será un alimento natural, pero... yo me quedo con mis "tic-tac" de mentol.

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