domingo, 15 de julio de 2007

Laboris et Vitæ

Hace unos días mantuve una charla con mi jefe acerca de los nuevos planes de evaluación de empleados que va a implementar la empresa. Cuando llegó al ítem "Capacitación", me comentó que se iba a evaluar el nivel y la predisposición al aprendizaje de cada individuo, a lo que respondí preguntando si la empresa tenía pensado algún tipo de plan de cursos para los empleados.

Mi jefe me miró con cierta sorpresa y me dijo algo similar a lo que sigue: "Pará, pará... de eso también tiene que ocuparse cada uno... Cuando yo empecé acá, me llevaba a mi casa los manuales del sistema y me los leía cuando iba al baño a cagar hacer mis necesidades... entonces no pretendamos que venga todo del lado de la empresa."

A pesar de que mi jefe es un muy buen tipo, no puedo evitar pensar que la empresa pretende que los empleados consagremos nuestras vidas al trabajo, dejando de lado familia, actividades personales y toda otra cosa que no esté relacionada con el trabajo.

Y eso es algo que yo no estoy dispuesto a hacer. Para mí, el trabajo es un medio, no un fin. Si el trabajo fuera un fin, significaría que el único propósito de la vida es producir más y más, ser un engranaje más en la maquinaria.

Y todo eso ¿para qué?

¿Yo? Yo paso.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bien dicho!!