lunes, 1 de agosto de 2005

Responsabilidad

Uno trata de ser responsable. Incluso a costa del bienestar personal. Todo sea para cumplir con su trabajo y no dejar colgado al cliente. Aunque en realidad uno haga las cosas "de onda", porque debería hacerlo el cliente pero no tiene ni puta idea de cómo.

Entonces uno recibe desde Japón un archivo para publicar, y le dicen que tiene que estar en línea el primero de agosto, sí o sí, previo testing. Y uno había anunciado (3 semanas antes) que se tomaba vacaciones en la primera semana de agosto. Entonces, para dejar todo listo, uno corre, trabaja más horas de la cuenta, pierde otras actividades, etc etc. Todo para poder cumplir con el cliente sin joderse las vacaciones.

Pero no sirve. Porque en Japón hay 12 horas de diferencia. Entonces las comunicaciones llegan con diferencia de un día laboral. Por lo tanto, uno decide posponer las vacaciones dos días. Que en realidad son 4. Porque si uno empieza las vacaciones un lunes, tendría 9 días corridos de descanso (dos fines de semana, más 5 días laborales). En cambio, ahora son 5 días. Y para colmo, el martes antes de irse uno tiene que bancarse a un pelotudo reclamándole por qué no teminó una cosa que quedó en el olvido. Pero bueno, uno trató de descansar y de desenchufarse.

A la vuelta, uno pregunta cómo fue todo, si pudieron hacer el testing. Y le avisan que no hay noticias de Japón. Que la mina estuvo enferma. Y pasan los días. Y Japón no responde. Y a la semana, uno recibe la noticia de que la gente de Japón avisó que no van a publicar lo que enviaron, sino otra versión mejorada. Y uno no sabe qué mierda hacer. Si putear a la idiota que no avisó antes, si putearse a uno mismo por elegir trabajar en informática, o si putear al sistema de mierda que hace que uno exista para el trabajo y no al revés.

Entonces uno se da cuenta de que después de putear a la idiota, no se siente mejor. Se siente idiota uno mismo. Y ahí es cuando uno escribe en el blog. No para sentirse mejor, porque para eso habría que volver en el tiempo. Pero, al menos, para que quede asentado que la ponja que se recontracaga en el imbécil (uno) que está en el culo del mundo, es una idiota. Una forra. Una mal cogida. Total, ella vive en el primer mundo. Lo que a mí me pagan en un mes, ella lo gana en una semana.

0 comentarios: