martes, 11 de octubre de 2005

Suciedad

Uno piensa que hablando, o aclarando las cosas, la gente se entiende. Pero parece que esto no siempre es cierto. Hay veces en que la gente prefiere la agresión, la violencia, la palabra soez.

Pero, cosa curiosa, aquellos que agreden al sentirse atacados, no hacen más que confirmar lo que se dice de ellos. Porque, de lo contrario, expondrían hechos concretos en lugar de atacar. Atacando intentan lograr dos cosas: por un lado, distraer la atención del hecho que se cuestiona. Y por otro, intentar atemorizar. Lamentablemente para ellos, lo único que logran es ratificar su ineptitud.

En la última semana recibí agresiones por escrito de parte de los miembros de... ¿adivinen qué agrupación? ¡Sí, acertaron! PyR.
Estos muchachos y muchachas, ante la imposibilidad de defenderse, eligen el fácil pero riesgoso camino de la violencia. ¿Qué hacen? Insultan, amenazan al mejor estilo Corleone, intentan difamar inventando hechos que nunca ocurrieron, etc, etc...

Hoy, en el foro de TAC (agrupación con la que no tengo ningún tipo de vínculo) un personaje (no llega a calificar como "persona"), me acusa de varios hechos oscuros, a saber:

  1. Presentar listas "paracaidistas" (¿?) a las elecciones para ver si "ligaba" algo.
  2. Dejar mensajes en las carteleras a nombre de otros.
  3. Ser funcional a la agrupación "Franja Morada".
  4. Haber trabajado en la facultad (si esto es algo malo, entonces por casa... ¿cómo andamos?).
  5. No usar las escaleras principales para no tener que enfrentarme (¿?) con la gente de PyR.
Como era de esperarse, le respondí a este personaje (siniestro, por cierto) pidiéndole que presente recibos que acrediten mi paso laboral por la facultad, boletas impresas que certifiquen listas fundadas por mí, mi certificado de afiliación a Franja Morada, carteleras arruinadas por mí, y fotos que me muestren subiendo las escaleras del fondo.

Realmente este personaje, este idiota útil, este imbécil funcional a PyR, este patoterito y pobre remedo de ser humano a quien, por suerte, no tengo el disgusto de conocer, no hace más que confirmar que la agrupación a la que pertenece es una lacra, una mafia y un nido de zánganos acomodados.

Sigan, muchachos, que cada vez muestran más claramente sus verdaderas intenciones y su modo de operar.